Todos” no siempre significa “todos
Daniel fue llevado cautivo a Babilonia, a una distancia de unos 1. 300 kilómetros. Probablemente tenía unos catorce años entonces.
Su carácter. Nada sabemos de sus padres, pero, a juzgar por su carácter, debe haberse criado en un hogar donde reinaba el amor de Dios, porque los principios más sanos de su vida habían sido formados en una etapa muy temprana.
6Entre éstos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá. 7A éstos el jefe de los eunucos puso nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego.
8Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse. 9Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos; 10y dijo el jefe de los eunucos a Daniel: Temo a mi señor el rey, que señaló vuestra comida y vuestra bebida; pues luego que él vea vuestros rostros más pálidos que los de los muchachos que son semejantes a vosotros, condenaréis para con el rey mi cabeza. 11Entonces dijo Daniel a Melsar, que estaba puesto por el jefe de los eunucos sobre Daniel, Ananías, Misael y Azarías: 12Te ruego que hagas la prueba con tus siervos por diez días, y nos den legumbres a comer, y agua a beber. 13Compara luego nuestros rostros con los rostros de los muchachos que comen de la ración de la comida del rey, y haz después con tus siervos según veas. 14Consintió, pues, con ellos en esto, y probó con ellos diez días. 15Y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey
Daniel fue llevado cautivo a Babilonia, a una distancia de unos 1. 300 kilómetros. Probablemente tenía unos catorce años entonces.
Su carácter. Nada sabemos de sus padres, pero, a juzgar por su carácter, debe haberse criado en un hogar donde reinaba el amor de Dios, porque los principios más sanos de su vida habían sido formados en una etapa muy temprana.
Bienaventurado el joven que puede decir: «Yo sé en quien he creído
Su propósito. «Propuso en su corazón no contaminarse» (v. 8)
Su propósito. «Propuso en su corazón no contaminarse» (v. 8). En nuestros días, esto recibiría el nombre de «estrechez de mente y mojigatería puritana». Con relación a esto, véase el consejo de Pablo (Ro. 14:21). Poco valor tiene para Dios aquel que no es capaz de resistir a la opinión popular. El Talmud dice: «Un mirto permanece siendo un mirto incluso en el desierto». Un hombre de Dios debiera actuar como tal en cualquier circunstancia. Dios no es influenciado por las condiciones establecidas por el hombre. Un muchacho de quince años estaba siguiendo el arado cerca de Carse de Gowrie, y los caballos se detuvieron en medio del surco. En aquel momento le vino esta pregunta a la mente: «¿No podría hacer más con mi vida que lo que estoy haciendo?». Y enderezándose, dijo: «Con la ayuda de Dios, seré misionero». Aquel muchacho iba a ser el doctor James Stewart, de Lovedale. Mantén una conciencia limpia de culpa.
IV. Su recompensa. «Dios hizo que Daniel hallase gracia y favor» (v. 9). Ésta fue una gran crisis en la vida de Daniel. Fue hallado fiel, y Dios le ascendió. Desde entonces queda marcado como líder del pueblo. La fe en Dios, y una comida simple (v. 15), lograron la victoria tanto para el cuerpo como para el alma. «Pareció el rostro de ellos mejor y más nutrido de carne, que los otros muchachos que comían de la ración de la comida del rey». La piedad es provechosa. ¿Por qué? Porque es el más elevado tipo de carácter y la mejor posible relación con Dios y los hombres. La sabiduría que halló Daniel no se encontraba en las escuelas de los eruditos, sino en la comunión en su aposento con el Dios del Cielo. Decídete a no conocer nada entre los hombres más que a Jesucristo, y a Él crucificado, y tendrás en ti la sabiduría de Dios.
IV. Su recompensa. «Dios hizo que Daniel hallase gracia y favor» (v. 9). Ésta fue una gran crisis en la vida de Daniel. Fue hallado fiel, y Dios le ascendió. Desde entonces queda marcado como líder del pueblo. La fe en Dios, y una comida simple (v. 15), lograron la victoria tanto para el cuerpo como para el alma. «Pareció el rostro de ellos mejor y más nutrido de carne, que los otros muchachos que comían de la ración de la comida del rey». La piedad es provechosa. ¿Por qué? Porque es el más elevado tipo de carácter y la mejor posible relación con Dios y los hombres. La sabiduría que halló Daniel no se encontraba en las escuelas de los eruditos, sino en la comunión en su aposento con el Dios del Cielo. Decídete a no conocer nada entre los hombres más que a Jesucristo, y a Él crucificado, y tendrás en ti la sabiduría de Dios.
Los placeres de los impíos se estropean fácilmente. Debido a un sueño, el espíritu del rey se turba sobremanera. La visión se había desvanecido de su mente, y exigió a sus sabios que se la dieran a conocer (v. 5). Una cosa que para ellos era imposible (v. 10), pero
III. Acción de Gracias. Daniel dijo: «Bendito sea el nombre de Dios de siglos en siglos. Él hace alternar los tiempos… da la sabiduría… revela lo profundo y lo oculto» (vv. 20–23). Si oráramos más, alabaríamos más. Los secretos del Señor están con aquellos que le temen. Allégate a Él, y Él se allegará a ti.
FE EN EL PODER DE DIOS. «Nuestro Dios puede». Aquellos que sirven a Dios diariamente no se verán de repente abatidos. El servicio de verdadero corazón da estabilidad de carácter en el tiempo de necesidad.
SUMISIÓN A LA VOLUNTAD DE DIOS. «Y si no… no» (v. 18). Preferían arder que apostatar. Como Job, podían decir: «Aunque me mate, en Él confiaré» (cf. Hch. 4:19, 20). Estaban en Babilonia, pero no eran de ella.
Bienaventurado el joven que puede decir: «Yo sé en quien he creído
Su propósito. «Propuso en su corazón no contaminarse» (v. 8)
Bienaventurado el joven que puede decir: «Yo sé en quien he creído
Su propósito. «Propuso en su corazón no contaminarse» (v. 8)